Una de las grandes tendencias del fútbol actual es el fútbol de posición. El motivo se debe, principalmente, a que estas modas a nivel futbolístico son impuestas por los ganadores.
A lo largo de la historia de este deporte, siempre ha ocurrido que el estilo principal al que se aspiraba jugar tenia estrecha relación con quienes eran los mayores triunfadores del momento. Y es así como desde el Catenaccio hasta el fútbol de posición rescatado por Pep Guardiola han logrado marcar una época.
Repasando la historia del fútbol de posición, al último estilo impuesto por Guardiola lo originó Johan Cruyff al llegar a Barcelona en 1988. Tras su marcha, fue otro holandés, Luis Van Gaal, quien continuó con ese legado que había maravillado a Europa.
La idea siguió perfeccionándose en la época de Frank Rijkaard (otro holandés) y experimentó su máximo momento de gloria mediante el mencionado Barcelona de Pep Guardiola.
Evidentemente, no hay ninguna casualidad en que haya sido el actual entrenador del Manchester City, educado bajo las ventajas del fútbol de posición, quien haya logrado situarlo en la cima de la pirámide del fútbol mundial.
¿Qué es el fútbol de posición?
Jugar al fútbol de posición no es nada sencillo y requiere una máxima concentración y entendimiento del juego. Ya que es una manera muy particular de asumir una identidad y una idea.
Mientras que para muchos es una manera de jugar un partido de fútbol, lo cierto es que es una forma de entenderlo y de comportarse en base a ese entendimiento. Estamos hablando de un modelo de juego con características muy concretas. Donde se juega el balón en las diferentes fases del partido, ocupando espacios estratégicos y con un funcionamiento propio como equipo.
Quién mejor para explicar el fútbol de posición que el propio Pep, en una entrevista con Marca TV en 2021: “Para jugar al juego de posición necesitas gente fuerte físicamente, gente que cree movimientos sin balón por dentro y por fuera. Jugadores con capacidad para defender 40 metros delante de la portería. Gente que sepa leer en base a cómo se mueve el oponente…”
Uno de los aspectos fundamentales es tener una actitud de iniciativa del juego a través de la posesión del balón, su rápida recuperación y la mentalidad ofensiva.
El fútbol de posición se trata de generar superioridades desde la posición. Es decir, que cuando el equipo tiene el balón debe superar a la defensa rival en número. Para esto, los jugadores se organizan de tal forma que queden distribuidos a diferente altura y en diferentes ‘pasillos’. Teniendo en cuenta tanto amplitud como profundidad del terreno de juego.
El objetivo del fútbol de posición
El objetivo último es poder encontrar esas situaciones de superioridad con respecto al adversario de manera progresiva a medida que se avanza en el campo. Es decir, desde que comienza la acción ofensiva en la defensa, hasta el final de la jugada con el remate a portería.
Este estilo de juego, o más bien filosofía deportiva, se trata de dominar el juego teniendo el balón, la posesión, creando superioridades numéricas en las diferentes líneas y encontrando los espacios con el juego limpio del balón.
Lo fundamental es entender que esa movilidad siempre se produce teniendo en cuenta que el balón está en poder del propio equipo, para crear de manera armónica los ataques basados en contar con, al menos, un jugador más que el rival.
Al exponer estas intenciones, surge la idea de atacar y defender con un equipo como un único bloque. Y es esa la ventaja que genera el juego de posición. Ya sea que se encuentre a esta idea como adaptable o no al equipo que se dirige. No puede negarse que mediante todos estos fundamentos el equipo atacará y defenderá como un todo.
Esto tiene que ver con que la forma de atacar condiciona totalmente la forma de defender y mientras el objetivo principal es convertir goles en la meta contraria, también es un método de defender mejor. Y es que, con la pelota en nuestro poder, será mucho más difícil para el rival poder atacarnos con facilidad. Y, en todo caso, intentará contragolpear de manera esporádica.
Para esto es necesario contar con los futbolistas adecuados, como marcadores centrales especialmente capacitados para defender muy lejos de nuestra portería, casi en la mitad del terreno de juego. Porque sin los intérpretes correctos las ideas solo quedan expuestas como una declaración de intenciones. Que no surtieron efecto debido a que las piezas no eran las adecuadas para armar el rompecabezas que teníamos en nuestra mente.