Junto con el físico y la técnica, el pensamiento táctico es una de esas virtudes que puede hacer a un futbolista sobresalir por encima del resto. Un jugador que completa más kilómetros que nadie dentro del terreno de juego tendrá la confianza del entrenador para cumplir con labores específicas dentro de su función en el campo. Por otro lado, quien resulta dotado a nivel técnico también podrá sobresalir para intentar lograr la titularidad dentro del equipo. Por último, el jugador con un pensamiento táctico desarrollado, además de comprender el juego desde otro lugar, resulta fundamental para el entrenador y muchas veces es utilizado por el mismo para ser su extensión dentro del campo.
En el libro Heavy Metal, sobre la carrera de Jürgen Klopp, Leandro Burgos explica como el actual entrenador del Liverpool pudo readaptar su carrera como jugador en el Mainz. Klopp comenzó siendo delantero centro, después fue centrocampista y, finalmente, terminó su carrera como lateral derecho. Lo importante no era la posición en el campo, sino que no saliera del mismo. Ya que, para su entrenador, su presencia era fundamental en el equipo por su pensamiento táctico y su entendimiento del juego.
Como Klopp, muchísimos otros jugadores a lo largo de la historia se han mostrado con la inteligencia necesaria para hacer constantemente lo que pide el partido y los casos de Sergio Busquets, Luka Modrić, Jordan Henderson o Kevin De Bruyne son solo algunos de los ejemplos más representativos en el fútbol actual.
Pensamiento táctico en el fútbol base
Uno de los puntos más importantes en el fútbol de máximo nivel es la mejora de la capacidad para tomar decisiones acertadas en situaciones de máxima tensión. La capacidad física y la técnica se potencian, o bien se ven apaciguadas, por esas decisiones correctas o incorrectas. Y son esas situaciones complejas las que distinguen a un jugador regular de uno sobresaliente.
De hecho, el pensamiento táctico se entiende como el pensamiento operativo que favorece la toma de decisiones correctas en situaciones complejas y esta habilidad es conveniente estimularla desde los inicios de la práctica deportiva en edades tempranas. Si se logra una buena comprensión de los principios de juego y de movimiento individual, y después logra trasladarse dentro de la competición se habrá dado un enorme paso para la carrera deportiva de quien puede ser un futuro profesional.
Por eso, en las etapas de iniciación deportiva, lo más recomendable es trabajar en primer lugar la comprensión del juego. Después, enseñar a tomar una decisión correcta mediante las herramientas o gestos técnicos necesarios para solucionar dicho problema. Esto se logra a través de ejercicios que exijan que los deportistas tomen decisiones sin la participación de sus entrenadores.
¿Cómo potenciar el pensamiento táctico?
Si bien es cierto que muchas de estas capacidades vienen innatas en los jugadores y surgen de manera casi natural, también es verdad que, tanto si este es el caso como si hay que incentivarlo desde cero, el entrenador dispone de diferentes herramientas para potenciar el pensamiento táctico en los jugadores.
Análisis de partidos
El primero es el caso más común y observado en el nivel profesional. Ver diferentes videos tanto para analizar al rival como para ver errores del propio equipo se ha vuelto prácticamente una rutina en la elite. Mediante estos análisis, el entrenador puede explicar cuestiones muy puntuales de carácter táctico para intentar incentivar ese pensamiento en sus pupilos.
Una cuestión importante es que el entrenador deberá identificar los distintos perfiles. Ya que mientras hay algunos jugadores que se quedarían hablando de táctica y estrategia durante horas, otros solo prestarán 10 minutos de atención. Por lo que dividir al equipo en diferentes grupos para adaptar las sesiones resulta el escenario ideal.
Entrenamientos tácticos
Entrenar aspectos tácticos del juego también es un clásico dentro del fútbol de elite. Y, siempre que el apretado calendario lo permita, los entrenadores ponen mucho énfasis (sobre todo) en corregir errores propios. Marcelo Bielsa es uno de esos obsesivos de la táctica y habitualmente pueden verse videos de los campos de entrenamiento llenos de conos, cuerdas y vallas. Aplicando estas diferentes fórmulas y volviéndolas un trabajo habitual en las sesiones, también es posible potenciar el pensamiento táctico.
Hacer sentir al futbolista como protagonista
A través de los entrenamientos y el análisis de videos, se estará acostumbrando al jugador a estar en contacto con el pensamiento táctico. Pero a través de hacerlo sentir parte importante del propio “Sistema Táctico” será cuando se esté motivando su participación directa. Con la participación activa en el juego del equipo se estará alentando una de las cosas más importantes para un deportista: la mentalidad ganadora.