En el mundo del fútbol femenino español hay una fecha que será recordada para siempre. El 15 de junio de 2021 fue el día en el que, finalmente y tras tantas negociaciones, el fútbol femenino se hizo profesional en España. En este artículo hablaremos sobre la profesionalización del fútbol femenino.
La lucha por la profesionalización del fútbol femenino en España
Fueron meses muy largos durante los cuales las reuniones y los esfuerzos se vieron expuestos. Pero las ganas de luchar por algo que resultaba justo y necesario fueron más fuertes.
Aquel 21 de junio la profesionalización del fútbol femenino se volvió un hecho. Todo fue gracias al trámite final que restaba para concluir positivamente con toda la cuestión. Y al producirse, además, la aprobación en la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes (CSD) de manera unánime ya no quedaron dudas.
Desde el primer partido de fútbol femenino en España donde se enfrentaron Mercacredit y el Sizam (hoy en día Olímpico Villaverde) en el estadio Boetticher de Madrid en 1970 hasta estos días, han pasado muchísimas cosas y hoy en día se ha saldado una deuda histórica con las jugadoras, como lo pronunció el propio José Manuel Franco, presidente del CSD, en su cuenta de Twitter oficial: “Hoy saldamos una deuda histórica con las mujeres futbolistas, con las mujeres deportistas y con las mujeres en general, que han sufrido una discriminación histórica únicamente por su género. Hacemos justicia y cumplimos compromisos. El gobierno de España cumple, la igualdad es un objetivo prioritario”.
Comienzos del fútbol femenino en España
Para observar en qué lugar se encuentra hoy el fútbol femenino español es necesario, en primer lugar, observar el pasado.
Después de aquel primer mencionado partido entre Mercadredit y Sizam, se produjo un enorme crecimiento que incluyó la formación de un combinado Nacional de manera extraoficial y unas 2.000 licencias femeninas para jugadoras. La Real Federación Española de Fútbol también mostró un enorme compromiso para regular las situaciones de todas las jugadoras. Y, aunque fue un camino lento, en 1983 se pudo crear de manera oficial aquella Selección Española Femenina.
Este hecho fue prácticamente una necesidad porque para 1971 el equipo de jugadoras españolas había sido invitado para disputar el Mundial de México, gracias a las muy buenas actuaciones de las jugadoras españolas en los diferentes amistosos que disputaba. Sin embargo, y pese a esa invitación, la Real Federación Española de Fútbol decidió prohibir aquella participación. Y 12 años más tarde se encargó de aprobar la profesionalización del fútbol femenino.
Tiempo de cambios
Desde hace muchísimos años las futbolistas españolas reclamaban dos cuestiones principales relacionadas con esta profesionalización del fútbol femenino. El primero era profesionalizar los clubes y el segundo profesionalizar la competición en sí. Fue Irene Lozano, la expresidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), quien en septiembre de 2020 adoptó la intención del máximo organismo deportivo español de convertir la liga femenina de fútbol en la que sería cuarta categoría considerada profesional para la actual temporada 21-22.
Hasta entonces, y según la Ley del Deporte de 1990, solo eran profesionales las primeras categorías masculinas de fútbol y baloncesto, y la segunda categoría masculina de fútbol.
Los principales cambios a partir de la profesionalización del fútbol femenino para esta temporada que sigue en curso deberían estar basados en las competencias sobre la liga, las condiciones contractuales de las futbolistas y los derechos de televisión.
La realidad actual sobre la profesionalización del fútbol femenino
Sin embargo, lo anterior hubiera sido el escenario ideal, que lamentablemente se encuentra lejos de lo que en realidad sucede.
En noviembre de 2021, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) publicó un comunicado en el que pone de manifiesto la realidad de la situación de la profesionalización del fútbol femenino. Y, a su vez, presenta su preocupación por la falta de avances desde que en junio se aprobara la ley.
En el comunicado se expresa que: «Semanas después de haberlo anunciado, el CSD no ha dado los pasos necesarios para liderar esa profesionalización y que la organización de la competición sea real», en lo que resulta un documento que expone directamente al Consejo Superior de Deportes.
Por último, hace énfasis en la falta de atención a uno de aquellos dos puntos mencionados en los que se involucraba la profesionalización de las jugadoras, pero también de la competición: “Con la liga ya iniciada, todavía no se ha confeccionado una estructura organizativa de dirección de la liga profesional, siguen sin aprobarse los estatutos y no se ha fijado una sede. Consideramos de especial gravedad que no se haya realizado una venta centralizada de los derechos de televisión. Lo que redunda en una escasa o nula visibilidad de la competición y de sus grandes protagonistas».