La frase que se ubica en el título de este artículo fue popularizada por quien es quizá el mejor deportista de toda la historia. Michael Jordan. Y a su vez, expone de manera concisa que cuando hay trabajo en equipo todas las aptitudes de los miembros de ese grupo se potencian. Mientras que a su vez aumentan los resultados positivos debido a la unión de esos esfuerzos que no funcionarían de la misma forma al desarrollarse individualmente.
Esta unión nace como una necesidad que se remite a la base de la civilización. Y que no es ni más ni menos que la relación con otras personas que se complementen con la idea de lograr un objetivo en común. Objetivo que sería realmente difícil de alcanzar de manera individual. Pero a su vez, al trabajar en equipo se origina la idea de una agilización y mejora de algunas condiciones que por separado obstaculizarían el desarrollo de diversas tareas que darían como resultado la consecución del objetivo.
Trabajo en equipo vs Estrella del equipo
En los equipos deportivos se han visto innumerables oportunidades en las que la posibilidad de conseguir el objetivo recae solamente sobre la estrella de ese equipo. Y poco le importa al aficionado si no se observa ese trabajo en equipo y esa cohesión necesaria en todos los ámbitos de la vida para poder lograr un campeonato. Su foco estará siempre puesto en que ese jugador casi mitológico que defiende sus colores pueda él por si solo ganar todos los partidos. Mientras que cualquier persona sabe que muy lejos está eso de ser posible y todo se basa en el trabajo en equipo.
Un grupo de jugadores pueden transformar un equipo. Pero esto ocurre a medida que se va alcanzando una cohesión, una unión y un entendimiento durante ese camino. Para ello deben crearse lazos muy importantes entre todos los implicados. De manera que a través de una serie de normas y comportamientos en común puedan defenderse tanto dentro como fuera del campo. Para que esto suceda, debe existir la personalidad de un líder, pero ser un buen líder es muy diferente que ser el salvador del equipo. El líder puede, o no, ser también líder a nivel deportivo, pero la principal característica es que debe promover una buena comunicación entre el conjunto de integrantes, trabajar por el logro de los objetivos comunes y establecer relaciones positivas dentro de ese plantel.
El éxito de un equipo
Hoy en día, lograr y mantener el éxito en cualquier equipo deportivo requiere esa cohesión de capacidades y de talentos de muchos profesionales. Y, como dijimos, un jugador en particular no puede transformar los fracasos en éxitos, y por eso el trabajo en equipo se basa en la cooperación entre muchos. Una cooperación en la que todos los participantes aporten sus diferentes habilidades, aptitudes, pensamientos y hasta sus diferentes emociones. El trabajo en equipo en su máxima expresión nos habla de una necesidad de compromiso en la que todos los responsables de las metas en común de ese grupo de deportistas se encuentren alineados.
La mejor manera de conseguir fomentar un buen clima dentro del grupo es que se potencie la motivación dentro del equipo y, por ende, su compromiso dentro de él es uno de los mayores desafíos que afronta tanto el líder del que hablábamos dentro del equipo, como del propio entrenador. Este último debe dejar bien claro desde un comienzo, que no hay lugar para el egoísmo y que siempre se deberán poner los objetivos grupales por sobre los objetivos individuales.
El pilar fundamental: trabajo en equipo
Por otra parte, la competitividad dentro del mundo del deporte, así como su constante situación de cambios y modificaciones a nivel de nombres dentro de cada equipo, pone a prueba constantemente tanto a los propios jugadores, como a los entrenadores y hasta los directivos. Ya que esto ha provocado que muchos equipos exitosos hayan necesitado realizar cambios muy drásticos en ‘sus formas’, para no perder posibilidades en la lucha por esos objetivos.
Cuando hablamos de cambios drásticos nos referimos puntualmente a la forma de jugar con la que se afrontan los partidos. Ya que si en otra época lo que ha funcionado dependía de la calidad técnica de jugadores que ya no están en el equipo. Esto significa que no necesariamente el estilo deberá ser el mismo para poder competir en el máximo nivel. Y por el contrario muchas veces son los jugadores con los que cuenta el entrenador los que le darán los indicios para determinar cómo continuar en el camino hacia el éxito. Lo único innegociable y que jamás podrá modificarse es que en ese camino el pilar fundamental será el trabajo en equipo.