Cuando queremos conseguir una meta como equipo no solo las tácticas y la idea que queremos transmitir juegan un papel fundamental, sino que la motivación que podamos generar en cada uno de los integrantes del equipo también influirá de manera positiva o negativa en el camino a la consecución del objetivo.
Sin embargo, para un entrenador no resulta para nada sencillo mantener siempre motivada a toda la plantilla, sobre todo en dos situaciones puntuales. La primera dificultad surge cuando los objetivos son a largo plazo, y parecen tan lejanos que los jugadores pierden la capacidad de evaluar que el siguiente partido es tan importante como el último del campeonato. Y, sobre todo, que ambos entregan 3 puntos por una victoria.
Por otro lado, otro problema surge cuando el equipo sufre una racha de resultados negativos y parece que nunca más podrá lograr un triunfo que lo saque de su penumbra. En este último caso, en especial, el entrenador debe ser muy cuidadoso con la forma de motivar. Porque motivar a tu equipo no solo se trata de tener un buen guion y repetirlo de manera estudiada.
Motivación como beneficio
Un buen entrenador que sepa cómo utilizar la motivación en beneficio del equipo, sabe perfectamente que es muy importante conocer los diferentes tipos de personalidades que integran a la plantilla, para esto se necesita experiencia y estar rodeado de buenos profesionales en el cuerpo técnico para que puedan ayudarlo en esa evaluación. Y no solo hablamos de un buen ayudante o un segundo entrenador capacitado, sino también de profesionales como psicólogos o especialistas en neurociencia aplicada al deporte, para que puedan colaborar con el entrenador a la hora de transmitir ese mensaje y que la forma de motivación sea la correcta. De esta forma se estará bien encaminado para que se produzca una verdadera mejora en el rendimiento.
Motivación en 3 pasos
En tres simples pasos podemos organizar una especie de guía que logre motivar a cualquier plantilla. Sin embargo, como dijimos anteriormente esto no se trata de unas palabras claves o un guion que puedas repetir en cualquier situación y ante cualquier circunstancia. Sino que se trata de motivar a tu equipo basándote en tres puntos clave que deberás profundizar tras un buen análisis:
Identificar correctamente el problema
Esto se trata de saber el motivo puntual por el que necesitas motivar a tu equipo. No debe tratarse solo de una motivación genérica, sino que debes encontrar “algo por lo que luchar”. Si el siguiente partido es el Derbi de tu ciudad prácticamente no necesitarás motivación porque ella aparecerá sola. Pero puedes usar algunas variantes en diferentes situaciones. Por ejemplo, si tienes un partido como visitante muy lejos y tras muchas horas de viaje, puedes motivar a tu equipo mencionando a toda la afición que ha hecho un enorme esfuerzo por llegar hasta ese lugar para alentarlos. Lo importante es siempre identificar un problema al que el equipo pueda sobreponerse mediante tu motivación.
Medir el clima que se vive en la plantilla
Otro punto muy importante para motivar a tu equipo es ser consciente de cuál es la situación que se vive puertas para adentro en el equipo. Y aquí es interesante diferenciar entre la motivación individual que puedes generar en cada jugador y la motivación grupal que intentarás conseguir para la plantilla en su conjunto. Por un lado, puedes motivar a tu delantero centro para que aumente su rendimiento y logre anotar más goles, pero no debes descuidar que todos estén alineados con el mismo objetivo para que esa mejora en el rendimiento se produzca a nivel colectivo. De nada servirá motivar individualmente a tus jugadores si luego el clima del equipo no es bueno. En resumen, debes lograr una unión en el grupo para alinearlos en una lucha por un objetivo en común.
Los incentivos
Por último, esta guía de 3 pasos para motivar a tu equipo determina que debes encontrar la manera de colaborar con esas ganas de conseguir un mejor rendimiento. A veces no alcanza solo con la energía colocada en lograr un objetivo, y son buenos algunos incentivos para que tus jugadores entreguen un extra.
El incentivo más común en el mundo del fútbol es el incentivo económico. Pero muchas veces los clubes no disponen de grandes arcas para afrontar esa clase de motivación. Entonces es cuando debes apelar a tu lado más creativo. Y, tras el análisis que hayas hecho en los puntos 1 y 2, tendrás que definir que acción confortaría a tu plantilla si logran un triunfo. Algunos ejemplos son los días libres en la semana, o suspensión de algún entrenamiento que tenías pautado en doble turno para que tengan la tarde libre. Depende de ti y tu análisis encontrar que los haría felices para conseguir ese extra en el rendimiento.