Al hablar de fútbol, a veces perdemos de vista la simplicidad a la que se reduce un juego. Que, inundado por enormes análisis tácticos, horas y horas de programas deportivos y enormes libros explicando diferentes estrategias, hacen olvidar que todo se trata de dos equipos con 11 jugadores cada uno que deben introducir la pelota la mayor cantidad de veces en la portería del rival. En este artículo hablaremos sobre la finalidad del juego en el fútbol.
Es cierto que desde el comienzo del partido ambos equipos comienzan a desarrollar un conjunto de acciones basadas en ideas. Estas nacen en el entrenador, para intentar salir victoriosos del campo de juego (el cual está perfectamente delimitado). Y esas ideas serán aplicables según el momento del juego que se está atravesando.
A grandes rasgos podemos dividir a las acciones que realizan ambos equipos en dos: acciones ofensivas y acciones defensivas. A la hora de contar con la pelota en su poder, el equipo buscará variantes. Tanto individuales como colectivas, para lograr romper el muro defensivo del equipo rival. Mientras que el equipo que estará defendiendo se ocupará de mantener la concentración al máximo para que los atacantes no puedan sacar provecho de esa posesión. Evitando su progresión en el campo. En líneas generales, si bien podemos profundizar, y mucho, en todo el tipo de variantes para aprovechar los ataques y mejorar las defensas a nivel táctico, esa es la finalidad del juego en el fútbol.
Estilos de juego
Cuando profundizamos en el desarrollo táctico y la idea de juego de cada equipo, refiriéndonos a su disposición en el campo, la calidad de jugadores, velocidad tanto en los pases como mental, coordinación de movimientos y varios aspectos más, englobaremos todo en lo que llamamos Estilo de juego.
Cuando esa forma de jugar consigue muchos resultados positivos, gusta a muchos de quienes lo ven desarrollarse y adquiere adeptos a ese estilo. En ese caso estaremos hablando de un sello de identidad de un equipo. Y puede decantar en alguna corriente futbolística que marque la historia del fútbol como lo fueron El Fútbol Total de Arrigo Sacchi, la naranja mecánica holandesa o el Catenaccio italiano.
A esta altura, cuando el entrenador quiere dotar de una identidad al equipo para cumplir con la finalidad del juego en el fútbol a los niveles más básicos, surge siempre la misma disyuntiva. ¿Qué es mejor, elegir el sistema basándose en los jugadores o imponerlo sin importar quienes sean sus dirigidos? Ambas situaciones tienen sus ventajas y sus desventajas, y no hay una verdad absoluta, ya que lo que funciona para algunos puede no hacerlo para otros.
¿Cómo elegir el sistema de juego?
A grandes rasgos, podemos decir que elegir el sistema basándose en los jugadores tiene mucho sentido. Ya que si, por ejemplo, la pareja de defensores centrales no sabe marcar con una línea adelantada hasta la mitad de cancha y el entrenador define que ese es su estilo, probablemente el equipo no la pasará bien cuando haya que recuperar la pelota y encajará muchos goles. Por otro lado, si el entrenador siempre juega de la misma manera sin importar el club en el que haya sido contratado y las cosas no funcionan por una situación similar al ejemplo anterior, este es una alerta importante para los dirigentes. Quienes sabían lo que fueron a contratar y los jugadores con los que contaban en la plantilla, pero ese es tema para otro artículo.
La tarea del entrenador para lograr la finalidad del juego en el fútbol
Siguiendo con este pensamiento, la tarea principal del entrenador. Más allá de lograr transmitir su estilo y sus ideas a los jugadores. Es conseguir un sentido colectivo que prevalezca sobre las individualidades. A la hora de gestionar una plantilla pueden ocurrir muchísimas cosas relacionadas con el día a día. Y si quieres profundizar en estas cuestiones y observar como es esa gestión al máximo nivel te recomendamos el documental ‘All or Nothing’, sobre el Tottenham de Mourinho. Que logra un nivel de intimidad excelente tanto en el vestuario como durante la semana de trabajos.
Por todas estas situaciones que suelen surgir fuera de lo que es el campo de juego, es por lo que el entrenador que logra convencer a sus jugadores de una forma de jugar tiene un mérito enorme. Nutrición, un buen estado físico, motivación, convencimientos a nivel táctico, gestión de minutos para evitar lesiones, buenas relaciones humanas, y tantas otras cosas son las que luego se deben ver reflejadas en el campo de juego durante 90 minutos. Lo cierto es que como dijimos, la finalidad del juego en el fútbol es clara, pero en el medio hay muchísimos matices a tener en cuenta, y cada día surgen más.