La innovación se ha vuelto, tanto en el fútbol como en casi todos los demás ámbitos de la vida, un pilar fundamental para el desarrollo constante. En los años 90´ una de las principales innovaciones a nivel táctico fue el perfeccionamiento de los lanzamientos en los centros para obtener una ventaja deportiva y conseguir marcar más goles. A día de hoy, los mejores equipos del mundo se caracterizan no solo por una gran cantidad de centros acertados con los cuales logran lastimar a sus rivales, sino que, además, prácticamente ninguno de esos equipos se da el lujo de no contar con un especialista en los balones parados para lanzar centros perfectos. Los centros en el fútbol han adquirido un valor preponderante y todo indica que continuarán siendo tan fundamentales como necesarios.
Técnica vs Potencia
A la hora de hablar específicamente de la calidad de los centros en el fútbol debemos mencionar entre las dos principales características a la técnica y a la potencia. La primera puede trabajarse en los entrenamientos tanto por la propia repetición. Como a través de la fijación de conceptos por parte del entrenador o de un especialista. Ya que en los clubes más grandes del mundo no es extraño que contraten expertos para pulir específicamente ciertas áreas muy puntuales, y una de ellas son los lanzamientos de centros en el fútbol. Sin embargo, en esto tendrá mucho que ver la lectura del juego, porque la técnica va de la mano de esa lectura. No puntualmente a la hora del golpeo de la pelota, sino para saber la dirección que debe adquirir para que el compañero la reciba en las mejores condiciones.
Mientras que, por otro lado, la potencia también puede adquirirse mediante la repetición del ejercicio en el campo de entrenamiento. Pero principalmente deberá haber un trabajo extra en el gimnasio para mejorarla. Sin embargo, muchos especialistas hablan de que esta segunda característica es menos importante que la primera. Ya que la propia técnica es lo que mejorará todas las condiciones para que el lanzamiento del centro sea correcto.
Dos tipos de lanzamientos de centros en el fútbol
Si bien podemos mencionar muchísimas formas de lanzar los centros en el fútbol, las dos más utilizadas son el centro en velocidad para la llegada de los compañeros en el área. Y el segundo es el famoso “centro a atrás”.
Evidentemente para el primero solo bastará con mejorar la técnica y la precisión para buscar al compañero mejor ubicado. E incluso trabajarlo durante la semana para que tanto el lanzador como el receptor de la pelota sepan dónde buscar el balón.
Para el segundo de estos dos tipos de lanzamientos de centros en el fútbol, solemos ver de forma anterior al golpeo una interesante sucesión de pases que son las que generan los espacios que propician el centro atrás. Esto quiere decir que después de desorganizar al rival con pases cortos y precisos, la intención es que ese rival desorientado fije su vista en la pelota. Para que cuando sea momento de lanzar el centro nuestro propio compañero ya sepa que debe dar un paso hacia atrás. Y de esa forma quedar solo de cara al gol. En el siguiente link podemos ver el ejemplo perfecto durante un gol de Lucas Pratto en la final de la Copa Libertadores 2018: https://www.youtube.com/watch?v=WMbBTuPE0PI.
Alexander-Arnold y Robertson: La excelencia del concepto
En el sistema de juego del Liverpool de Inglaterra, tanto Trent-Alexander Arnold como Andrew Robertson, son dos laterales con un rol protagonista en los ataques. Ambos jugadores tienen, fundamentalmente, dos funciones a la hora de atacar para aprovechar al máximo las virtudes que les genera el equipo en conjunto. La primera de ellas, se produce cuando los avances se dan por el centro del campo de juego. Ellos aprovechan las bandas para llegar hasta el fondo y lanzar centros al área. Según las estadísticas oficiales de la Premier en la temporada 2018/19, en total Alexander-Arnold lanzó 201 centros de los cuales 58 (29%) fueron precisos. Mientras que su colega del otro lado del campo acertó 33 de 133 (15%).
Esa enorme cantidad de lanzamientos al área no son solo desde los últimos metros del ataque, sino que también aprovechan su ubicación desde tres cuartos de cancha para llenar de centros a sus compañeros. Muchas veces es su primera opción y tardan apenas unos segundos en lanzar la pelota al área cuando la reciben.
La segunda gran función también se da a la hora de lanzar centros al área para que algún compañero convierta el gol. Pero la gestación de la jugada se produce cuando tanto Salah como Mané, dependiendo de qué lado se genere el juego, se mueven hacia el centro del campo y atraen las marcas que deberían estar monitoreando a los laterales. Por ejemplo, cuando Mané se acerca desde la izquierda hacia el centro, atrae a los rivales. Salah se ubica como extremo en la derecha y queda un callejón enorme para que aproveche Alexander-Arnold por adentro. Y lo mismo ocurre de la otra banda, pero modificando las funciones, y con Robertson explotando esos espacios.
Ambos movimientos que involucran a los laterales tienen la principal función de generar los espacios para que dos de los mejores laterales del mundo puedan llegar en condiciones óptimas para lanzar sus centros al área.