El sistema en el que se organiza un equipo de fútbol determina qué fortalezas va a tener y qué debilidades o puntos débiles se van a poder aprovechar. En este caso, vamos a ver cómo atacar un sistema 4-3-3 cuando nuestra disposición en el campo también es de 4-3-3.
Lo primero que hay que tener en cuenta para ver cómo atacar a un equipo rival es el perfil de tus jugadores, para ver si es el sistema adecuado y si lo es, cómo organizar la fase ofensiva. Por ejemplo, si tienes interiores con características más asociativas no podrás plantear el ataque igual que si esos futbolistas son más de ida y vuelta o box-to-box.
Los espacios a aprovechar cuando el equipo rival defiende en un sistema 4-3-3 es la espalda del delantero, los cuadrados interiores y los pasillos exteriores entre extremo y lateral.
Cómo atacar un sistema 4-3-3 con una organización 4-3-3
En una situación de salida de balón con un sistema 4-3-3 cuando el equipo rival presiona en bloque alto, lo habitual es que el delantero presiones tapando línea de pase con el otro central. Esto genera un espacio detrás del delantero que libera a nuestro pivote y esto hace que atraiga a un interior.
Para encontrar al otro central, se podría jugar con el tercer hombre, aunque esté presionado, para de primeras jugar con el central liberado. De esta manera, conseguiríamos una salida limpia del defensa y que el interior de la otra banda esté relativamente liberado para recibir antes de que el rival bascule. En caso de que se reorganicen de forma rápida y tapen los espacios, debemos seguir con la circulación hasta que aparezca de nuevo el hombre libre.
Si el balón lo tiene un central y el punta no salta y son los extremos los que presionan a los centrales, el interior rival es el que va al lateral y el pivote bascula con nuestro interior de ese lado.
Para superar esto, hay que intentar sacar el balón como mínimo en la segunda circulación. Se debe intentar bascular por el otro lado en cuanto basculan mínimamente para que al pivote que ha basculado con nuestro interior no le de tiempo a llegar al otro lado a tapar al otro interior.
Cuando el equipo está más replegado, el objetivo es encontrar la altura interior detrás del delantero para que el pivote tenga espacio para organizar el juego y situar nuestros interiores a la espalda de los suyos para que se encuentren en inferioridad posicional.
Si el pivote está cubierto por un interior, podremos encontrar fácil al interior en el cuadrado interior. Si es el jugador de banda el que compensa esta situación, podremos aprovechar los espacios en el carril exterior.