La decisión de competir en un grupo de edad superior o no es la cuestión a la que tanto muchos jóvenes jugadores de fútbol en España como sus padres nos enfrentamos. Puede ser difícil. Todos queremos que nuestros a hijos le vaya bien, y aunque puede que sean muy superiores con respecto al resto de los jugadores de su equipo normal, subir de categoría puede que no sea la mejor opción, a largo plazo, para su desarrollo como jugador.
Pero subir a nuestro hijo a un grupo de edad más elevada tampoco es siempre la decisión errónea… entonces, ¿Es mejor para nuestro hijo ser el mejor en su grupo de edad o un jugador “normal” en un equipo más competitivo? ¿Deberíamos insistir a nuestro hijo para que compita al nivel más alto posible, o, por el contrario, encontrar un equipo que le dé la mayor cantidad de minutos de juego?
En este artículo, discutiremos los beneficios y desventajas de que nuestro hijo juegue con un grupo de edad superior. También explicaremos algunos de los factores que debemos tener en cuenta a la hora de tomar esta decisión, de tal modo que escojamos la decisión más inteligente para nuestro hijo y su futuro como jugador de fútbol.
Las Ventajas de Competir en un Grupo de Edad Superior
Competir en un grupo de edad superior tiene algunas ventajas. En general, cuanto más mayores son los equipos, más rápido y más hábil se torna el nivel de juego. Para los jugadores jóvenes que buscan desarrollarse y avanzar a niveles más altos, el juego puede desafiarles a mejorar sus competencias. Si bien es posible que se sientan cómodos y satisfechos con los equipos más pequeños, competir en un grupo de edad superior les aportará una variedad de nuevos desafíos y metas para empujarlos a mejorar.
Es el mismo proceso de pensamiento para decidir si cambiar o no de equipo cuando nuestro hijo está dominando en una división inferior. La mayor diferencia es que el ascenso de una división conducirá a una competición más cualificada, pero el ascenso de una categoría de edad traerá consigo jugadores más cualificados y también una competición más amplia y rápida.
Factores que debemos valorar
Hay una serie de factores que debemos que tener en cuenta a la hora de considerar el cambio de nuestro hijo a un grupo de edad superior:
El tamaño relativo de nuestro hijo debe jugar un papel importante en su decisión. Aunque los jugadores más pequeños pueden aprender a defenderse contra la competencia más grande, subirlos a un equipo más fuerte, más rápido y con más habilidades puede ser un reto y potencialmente desalentador para los jugadores más pequeños. En una línea similar nos encontramos si nuestro hijo ya es más grande que el resto de los niños de su edad, es posible que no se le cuestione lo suficiente, y con ello consigamos que un avance pueda ser contraproducente.
Su compromiso con el juego y lo que quieren hacer a medida que crezcan también es un factor a tener en cuenta. Si él o ella sólo juegan por diversión y no tienen aspiraciones reales de jugar años después, puede que no sea necesario mover a nuestro hijo a un grupo de edad superior. Por el contrario, si ellos quieren competir más adelante en la vida y mejorar como jugadores, competir en un grupo de edad superior puede acelerar su progreso.
Su felicidad también debe estar en primer plano durante este proceso de toma de decisión. Eso no significa que permanecer en el equipo con todos sus amigos sea lo correcto, pero trasladar a nuestro hijo a un equipo desconocido en contra de sus deseos puede ser una manera rápida de que pierda la pasión por el juego y, en concreto, por este deporte.
Esta no es de ninguna manera una lista exhaustiva de los factores a considerar, pero sirve como base para comenzar a tomar nuestra decisión.
Cómo decidir lo que es mejor para nuestro hijo
La opinión del entrenador en este aspecto también puede ser otro factor a valorar. Un legendario entrenador de fútbol dijo una vez: «Si son lo suficientemente buenos, son lo suficientemente mayores». Esto puede parecer que nos está diciendo a los padres que es mejor trasladar a nuestros hijos a grupos de mayor edad, pero debemos tener en cuenta que, si nuestro hijo no está preparado tanto física como mentalmente para la competencia más fuerte, la mejor elección será permanecer en su grupo de edad otro año más.