El compromiso tanto en la vida como en el deporte es muy importante, pero en este caso no hay que tener en cuenta solamente el compromiso para con el equipo, sino que, aún más importante, se debe tener un compromiso con uno mismo. En este artículo hablamos sobre el compromiso en el fútbol moderno.
Básicamente estamos hablando de una declaración de principios y valores que se suma a una obligación. Y de esa manera se traza un determinado camino para conseguir los objetivos tanto a nivel individual como grupal.
Dentro del compromiso en el fútbol moderno no siempre se observa que el jugador tenga la motivación suficiente para que todo surja de forma natural. E incluso existe un antiguo concepto de futbolistas sudamericanos que no son del todo profesionales en cuanto a su compromiso con los equipos que los formaron, pero después de un traspaso a Europa logran hacer un click (o más bien se ven obligados a hacerlo) y cambian totalmente su cultura del esfuerzo, el sacrificio y el compromiso.
También han salido a la luz en los últimos tiempos algunas estrategias que utilizan los clubes de elite para conseguir jugadores que se encuentren 100% comprometidos con su causa. Por ejemplo, hace algunos días se conoció que el PSG pone clausulas en sus contratos (por las que paga un extra a los jugadores) para que estos cumplan con cuestiones de diferentes índoles. Una de ellas incluía un ‘bonus ético’ por comprometerse a saludar a los aficionados cuando les pedían una fotografía y el mismo constaba de más de 500.000 euros. Es por eso que decimos que, si el compromiso no surge de manera natural, hay varias formas de verse muy motivado para conseguirlo.
El compromiso en el fútbol moderno en relación con los objetivos y los valores
Quizá más que en otros contextos, en el deporte en general, y en el fútbol en particular, se actúa en base a metas y objetivos. Es por esto por eso que debe insistirse mucho en cuanto a la programación tanto del camino como de los propios objetivos para que estos sean claros y muy precisos.
Al hablar del camino, un buen ejemplo podría ser el diseño de las sesiones de entrenamiento, las cuales pueden planificarse en base a diferentes factores como los defectos y las virtudes del equipo. A partir de los mismos se deben tomar decisiones de entrenamiento a corto, medio y largo plazo. Y siempre con la mente puesta en los rendimientos actuales, no tanto en los resultados.
En cuanto al compromiso en el fútbol moderno, es evidente que se dependerá del mismo tanto al hablar de deportistas como de los entrenadores que planifican las sesiones, y ahí es cuando también entran en juego los valores de cada integrante de la plantilla.
Como cabeza de grupo, es el entrenador quien debe encargarse de transmitir unos valores sólidos, sobre todo si hablamos de un fútbol que no es profesional o del fútbol juvenil. Ya que la educación en valores, junto con los principios que se decidan inculcar, se volverán un factor determinante en la vida de cada uno de sus futbolistas después de la práctica deportiva.
Por eso decimos que resulta fundamental la autenticidad de los principios y valores que se transmitan por parte del entrenador. Ya que son los que luego se transformarán en el compromiso de cada uno de los deportistas para con el resto de sus compañeros.
El compromiso en el fútbol frente al fracaso y la frustración
Es cierto que cuando los resultados son favorables, el compromiso en el fútbol resulta más sencillo de llevar a cabo. El problema es cuando el equipo se enfrenta a cuestiones como el fracaso y la frustración, y comienzan a ponerse en duda los métodos de trabajo.
Si las formas que ha elegido el entrenador para la preparación no dan resultados positivos y los rendimientos no son los deseados resulta lógico que los deportistas comiencen a cuestionar si se está actuando de la manera correcta. Todo esto desencadena en un cultivo ideal para que el compromiso deje de existir. Pero es ahí, justamente, donde el deportista debe verse comprometido con la causa y mantener su esfuerzo tanto en los entrenamientos como fuera de los mismos.
Es aquí cuando se debe hacer uso de la motivación y de los valores deportivos que se han ido formando a lo largo de toda una vida. Y hasta incluso pueden utilizarse métodos como la psicología deportiva o la inteligencia emocional para recuperar esa confianza perdida.
Porque a diferencia de los objetivos, los valores requieren compromiso independientemente de los malos o buenos resultados. Ya que es ese compromiso en los buenos valores el que ayudará al futbolista a intentar ser cada día un poco mejor que el día anterior, a no abandonar y a hacer del fracaso una parte del camino que hay que recorrer para llegar al éxito.