Una máxima dentro del entrenamiento de fútbol en edades tempranas es que no todos los niños aprenden de la misma manera. Como entrenador, uno debe estar preparado para ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a entrenamientos que, más allá de unas reglas y valores generales, pueden ir cambiando en base a lo que requieran los pequeños deportistas. En este artículo hablamos sobre los entrenamientos de fútbol para niños.
Para este tipo de fútbol base, la vocación docente del entrenador supone la diferencia entre conseguir que el deporte forme parte de la vida de los niños hasta, incluso, que dejen de disfrutar con el simple hecho de jugar. Por eso, adaptar los entrenamientos de fútbol para niños puede no solo potenciar la formación de los chicos y chicas, sino que también puede ser el quiebre definitivo para una vida saludable desde las edades más tempranas.
Se habla de que esta edad es la más importante para incorporar distintos comportamientos, ya que son edades en las que los niños se están formando como deportistas, pero también como personas.
Los estudios en los deportes para niños han demostrado que los entrenadores deben seguir tres pasos principales para determinar cuál es la mejor forma para entrenar dependiendo de cada deportista. La secuencia es la observación, la asimilación y la retroalimentación.
Durante la observación, el entrenador explicará de manera sencilla las acciones que realizarán los jugadores. En la asimilación y durante los entrenamientos de fútbol para niños, los jugadores irán encontrando las formas para ejecutar la acción de la mejor manera. Es decir, que adaptan su propia técnica al ejercicio. Y por último, en la retroalimentación, tanto el entrenador como el jugador se comunican para ver cuál es la mejor manera de corregir errores.
¿Competitividad o diversión?
Cuando se piensa en las principales características del fútbol infantil, la palabra que se aparece en nuestras mentes seguramente estará relacionada con el ocio, la diversión y la alegría. Ya que es una actividad tan básica como necesaria en las edades más tempranas de la vida. Sin embargo, existen tanto padres como entrenadores que no colocan como protagonistas a estos conceptos, y en su lugar prefieren basar sus entrenamientos y enseñanzas en aspectos como la competitividad y el ganar a toda costa. Es decir, priorizar el rendimiento sobre lo lúdico.
Por otro lado, también es cierto que a medida que pasan los años, los niños van creciendo, y con ellos sus ganas de mejorar como deportistas. Que la transición desde una base lúdica hacia la competición y el rendimiento sea armónica y sin mayores problemas debería ser el desafío principal de todos los entrenadores y las instituciones educativas.
Además, esta transición debe ser totalmente consciente y con grandes vías de comunicación entre el niño, los padres y los entrenadores. Para que de esta forma sea más fácil detectar cualquier problema que surja por el camino.
El enfoque competitivo es parte del deporte y en algún momento debe volverse la finalidad de tantas horas de entrenamiento, pero es con el paso del tiempo cuando se le dará la correcta preponderancia a las cualidades físicas, técnicas y psicológicas de cada uno de los jugadores. Impulsar la práctica y mejorar al deporte en general, tiene que ver con estos aspectos, pero para eso, la base de los valores y la ética ya debe formar parte de los niños.
Priorizar la recreación
En la niñez, no debería estar en discusión que el 100% del motivo por el que se practica deporte es por la simple recreación, y los entrenamientos de fútbol para niños deben tener el mismo enfoque.
Además, este debería ser el objetivo de cualquier padre, mejorar lo máximo posible la calidad de vida de sus hijos. Una de esas formas es mediante el aprendizaje de cómo adquirir hábitos saludables a través del deporte.
Entre los múltiples beneficios que representan la práctica deportiva en edades tempranas, el aspecto mental y social es uno de los más importantes. Por otro lado, con los entrenamientos de fútbol para niños se estarán incorporando esos hábitos que serán importantes por el resto de sus vidas. Ya que, de comenzar de forma temprana en el deporte, es muy difícil que con el pasar del tiempo se produzca el abandono de la práctica. Sencillamente, la persona lo habrá hecho parte de su vida.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños deberían practicar como mínimo 60 minutos de ejercicio físico todos los días. Mientras que la intensidad de la actividad debe ser variada. Inculcar esto desde pequeños es sinónimo de un presente y un futuro más saludable y si bien los entrenamientos de fútbol para niños son una opción, no es la única. Lo importante es priorizar la recreación para que logre tomar al deporte como un juego.