Cuando pensamos en las características del fútbol infantil, probablemente la palabra que se nos venga a la mente estará relacionada con el ocio, la diversión y la alegría que debiera generar una actividad tan básica como necesaria en las edades más tempranas de la vida. Sin embargo, muchos entrenadores y padres no entienden este concepto e intentan inculcar desde el principio la necesidad por obtener el mejor rendimiento durante la competencia.
Motivación principal en el fútbol infantil
La motivación principal en el fútbol infantil nace en las ganas de los niños (aproximados al deporte a través de los adultos) de pasar un buen rato enfocados en la socialización y en un primer contacto con la actividad física de forma absolutamente amena. Para después, con el paso del tiempo que sea el propio niño el que decida si continuar, o no, con esa actividad determinada. Por eso, el hecho de que en las edades tempranas el deporte sea inculcado sin ningún tipo de presiones será fundamental para que se desarrolle en el niño un acercamiento tanto hacia la activad en particular, como hacia el deporte de manera general.
Evolución personal y como jugador
Si bien esta característica puede presentarse durante los primeros años, a medida que pasa el tiempo y el niño va evolucionando tanto a nivel físico como cognitivo, la relación con el entrenador y con el público también se va modificando. En este punto es en el que comienza a producirse la decisión para continuar o no dentro del deporte que en un principio eligieron los adultos responsables de su enseñanza. Y es particularmente el punto en el que tanto entrenadores como público en general comienzan a solicitar un rendimiento determinado dentro del fútbol infantil.
No hay un momento puntual en el que el niño deja de asistir a los entrenamientos y a la competencia deportiva (en general del fin de semana) con el único fin de divertirse para pasar a tener la prioridad de entregar un rendimiento al equipo. Sin embargo, la transición puede llevar varios años. Y quizá todos los involucrados en el fútbol infantil ni siquiera notan todos los cambios que se producen en la mencionada exigencia. Sino que simplemente se da como un hecho natural.
La transición
La necesidad de mejora constante puede provocar dos situaciones. Ya que en un primer lugar el niño puede reconocer todo el entorno que lo rodea como algo nocivo y decidir concretamente dejar de asistir a desarrollar su actividad por culpa de una sobreexigencia. Por otro lado, puede ocurrir que al igual que su entorno vaya adquiriendo de manera natural esa expectativa de rendimiento. Ya sea porque comienza a sentirse mal cuando pierde o porque ve como una necesidad ganar los partidos. Cuando ocurre lo segundo, a su vez, pueden ocurrir dos cosas, que la práctica deportiva se vuelva parte de su vida e intente practicarla de manera competitiva. O que pasado un tiempo se de cuenta de que su disfrute pasaba por la simple práctica de la actividad y esa exigencia de rendimiento no es para él.
Enseñanza en el fútbol infantil: Prioridad principal
La enseñanza en el fútbol infantil debería ser la principal prioridad. Pero también es cierto que a medida que pasan los años, los niños van creciendo, y con ellos sus ganas de ser mejores. Lo importante es que la transición de la que hablábamos anteriormente se produzca de manera consciente y que tanto los adultos responsables del niño como los propios entrenadores estén en constante comunicación con los niños para poder detectar cualquier problema que pueda surgir.
Dentro del fútbol infantil, la relación de la niñez en la temprana edad no debería ser con la competencia de manera directa. Sino que debe ser un ámbito en el que el contacto se entable con las reglas, los elementos y las herramientas. Porque en caso contrario se estará atentando contra el correcto desarrollo de esos niños a nivel deportivo. Por su parte, el fútbol, seguramente también tenga muchas cosas que rever en este sentido. Ya que suele ser asociado con las escuelas de fútbol que proponen una enseñanza basada en el perfeccionamiento de la técnica, la exigencia y el profesionalismo. Características propias del deporte de adultos, y que debería encontrarse lejos de los verdaderos métodos de enseñanza en las edades tempranas.