Fútbol ruso en el exilio

Han pasado muchos días desde que el ejército ruso de Putin invadió Ucrania para que comenzara lo que pretendía ser una guerra relámpago. El fútbol, como dijo el periodista británico Simon Kuper en 1994, siempre ha estado presente, incluso en las horas más oscuras de la humanidad, y tanto Ucrania como Rusia no han sido la excepción. En este artículo hablamos sobre el fútbol ruso en el exilio.

Relación del contexto del conflicto con el fútbol ruso y ucraniano

A ojos de la comunidad internacional, la región es ucraniana, pero el gobierno impuesto es ruso, y es en este proceso que el fútbol termina ocupando un papel fundamental.

Por ejemplo, la Liga Premier de Crimea, fue uno de los primeros símbolos que abrieron la puerta a un nuevo estatus. Y, mientras que el conflicto actual ha generado la suspensión de todos los eventos deportivos en Ucrania, ha obligado a los principales equipos del país a exiliarse. En Crimea, sin embargo, sigue jugándose con total normalidad el campeonato local, y el fútbol ruso hoy se juega en el exilio.

Si bien es cierto que en esta región están habilitadas las competiciones, el torneo de fútbol ruso se ha vuelto una especie campeonato amateur compuesto mayormente por jugadores locales que, al igual que la propia Crimea, está en un gris legal.

Este limbo legal, presenta algunas particularidades muy curiosas, como que los jugadores aún tienen pasaporte ucraniano y la Unión del Fútbol de Rusia no lo ha integrado en su sistema de ligas por culpa de las multas que ello conllevaría por parte de la FIFA.

El caso del Shakhtar Donetsk

Si hablamos de fútbol ruso en el exilio es imposible no hacer referencia al caso del Shakhtar Donetsk ucraniano. Equipo que hace casi ocho años no puede jugar de local debido a que ha sido desplazado de su propio país. Con la invasión rusa que desembocó en la anexión de Crimea, sumado a la actualidad que estamos viviendo, el futuro del equipo del Donbás es una completa incógnita.

Mykola Matviyenko es jugador de la Selección ucraniana y, además juega en el Shakhtar, también conocido en España como Shajtar Donetsk. Uno de los clubes más importantes del país y que se encuentra en la región del Donbás, fronteriza con Rusia y perteneciente a la zona que se disputa por términos políticos desde 2014. Por culpa de la guerra, el campeonato fue suspendido, pero al haber tantas otras prioridades en toda la zona, hoy en día nadie piensa en el fútbol.

Un claro ejemplo es la web del club. Que hace meses que no habla de fútbol y en su lugar se encarga de mostrar información sobre la guerra. Con las actualizaciones del Ministerio de Defensa ucraniano.

El que en su momento supo ser un gigante del fútbol ucraniano, organiza ahora «Partidos por la Paz» con el fin de conseguir fondos para las víctimas de la guerra y para el Ejército ucraniano. Fue en uno de estos partidos, frente al conjunto griego Olympiakos. Donde los jugadores del Shakhtar, que alguna vez llevaron sus propios apellidos en la espalda para jugar la UEFA Champions League, llevaron camisetas con los nombres de las ciudades ucranianas atacadas y la bandera de su país en los hombros.

Un amparo de la UEFA

El director general del FC SKChF Sevastopol, Valery Chaly, declaró algo muy importante en una entrevista con el periódico Epe.es. “En 2014, nuestro equipo empezó a jugar en la zona sur de la Continental Football League (una competición de países exsoviéticos) hasta que Ucrania presentó una reclamación, aceptada por parte de la UEFA. Nos tuvimos que retirar por culpa de las sanciones. El organismo europeo decidió crear entonces una ‘zona especial de fútbol’ y celebrar la Liga Premier de Crimea, bajo el control de la Unión de Fútbol de Crimea que contó con el amparo de la propia UEFA”.

Desde aquel momento, esta competición se disputó con ocho equipos en una primera división y otros ocho en una segunda. Sevastopol, Simferopol y Yevpatoriya son los equipos que se repartieron el torneo que se ha vuelto casi una solicitud desesperada de que todo vuelva a la normalidad, mientras tanto, el fútbol ruso seguirá jugándose en el exilio.