La carrera de todo deportista suele tener una duración de entre diez y veinte años en la inmensa mayoría de los casos, pues bien, considerando que en este amplio espacio temporal se lleva a cabo el periodo de transición entre la niñez y la madurez del jugador, debemos tener en cuenta una figura que se mantiene presente en la vida del deportista durante todas las etapas evolutivas: el entrenador. Por lo que la importancia del entrenador en el fútbol infantil es tal que, junto a los propios niños, podría considerarse la base de este deporte.
El entrenador, durante toda esta etapa, será el ejemplo, modelo y referente a seguir por sus pupilos, y tendrá como objetivo conseguir el crecimiento del niño como jugador tanto a nivel futbolístico (características tácticas y técnicas) como en el resto de ámbitos (buscar las mejores soluciones, interpretar partidos o situaciones del juego), y que acabe siendo capaz de conjugar todo del mejor modo posible. El fútbol no se trata solo de un deporte donde entra en juego la actividad física, sino que, a su vez, requiere de aspectos relacionados con la psicología, puesto que son niños que se encuentran en un proceso de desarrollo y aprendizaje constante.
Además, el entrenador cumple, en cierta medida, la función de educador. Está trabajando con una de las etapas más determinantes e importantes en la vida de un joven deportista, tanto en lo deportivo como en lo personal, por lo que es fundamental que toda planificación se realice con conocimiento de causa para mejorar y potenciar las capacidades de los niños, sin olvidarnos que debemos inculcarles los valores acerca del deporte (respeto a los demás, compañerismo..), eso sí, con ayuda de los padres, no olvidemos que estos son los principales responsables de la educación del niño.
LA IMPORTANCIA DEL ENTRENADOR: POTENCIAR VALORES DESDE PEQUEÑOS
En la actualidad parece que se han pasado a un segundo plano ciertos valores asociados al deporte. El compañerismo, el esfuerzo, el trabajo en equipo o la lucha constante son solo algunos de los valores que deberían ir directamente relacionados con cualquier práctica deportiva. Hoy en día adquieren más importancia los goles, las victorias o el reconocimiento de uno mismo, dejando de lado comportamientos que tienen igual o incluso mayor importancia. Esto es trascendental, ya que son valores que se pueden y deben aplicar a lo largo de la vida personal de todos y cada uno de estos jugadores. De ahí la importancia del entrenador y su implicación a la hora de inculcar todos estos valores a sus jugadores, los cuales, además, ayudarán a los niños a mejorar en la parte puramente futbolística. Algunos de los más importantes a considerar son:
- Esfuerzo: se puede exigir ya que los objetivos que se marcan no se consiguen de una manera fácil. En el fútbol, así como en la vida, hay que esforzarse siempre al máximo para poder mejorar y lograr las metas propuestas.
- Respeto: es de suma importancia respetar el juego, pero también a los compañeros, entrenadores, árbitros, equipos rivales, etc. Mantener esta actitud creará una buena dinámica dentro del grupo y ayudará a potenciar otros valores.
- Trabajo en equipo: para lograr conseguir nuestro objetivo, que es común para todos, debemos trabajar como un grupo unido. Todos han de tener la misma consideración e importancia. Es aquí donde el compromiso y el sacrificio juegan un papel importante.
LA IMPORTANCIA DEL ENTRENADOR: LIDERAR Y ENSEÑAR CON EL EJEMPLO
El entrenador ha de ser un líder, además de conocer y comprender cuales son las necesidades de su equipo, y lo que es fundamental, la importancia del entrenador, en este ámbito, reside en ser capaz de transmitir sus ideas y pensamientos de la manera más fácil para sus jugadores.
A través del entrenamiento, el entrenador debe enseñar al jugador a jugar en equipo, pero sin dejar a un lado su calidad individual, consiguiendo que aprenda de sus propios errores y sea capaz de mejorarlos para convertirse en un futbolista mejor. Por tanto, de este modo, conseguiremos que cada uno de los jugadores aporte con su trabajo al rendimiento del equipo y que, al mismo tiempo, el rendimiento del equipo de valor al propio futbolista, obteniendo así el equilibrio ideal.
Para conseguir que nuestros jugadores adquieran todos estos valores, debemos señalar una vez más la importancia del entrenador y su ejemplo a mostrar. Ellos son un modelo para sus pupilos por lo que si muestran la concordancia con respecto a todos los valores de los que hablamos, será mas sencillo que el equipo los vaya interiorizando.
- Exigir el máximo esfuerzo a todos, teniendo en cuenta las limitaciones o dificultades de cada uno.
- Respetar a todos y cada uno de los miembros de su plantilla, así como a familiares, árbitros, entrenadores rivales… de esta manera, además de respetar a este gran deporte, estará mostrando el ejemplo a sus jugadores.
- Tratar por igual a todos los jugadores. Durante partidos y entrenamientos, repartiendo minutos de juego y ensalzando a todos por igual. El equipo son todos en conjunto.
EL IMPACTO DEL ENTRENADOR EN LA VIDA DEL DEPORTISTA
La influencia que el entrenador con sus enseñanzas y acciones pueden tener en el desarrollo tanto personal como profesional del deportista que tiene a su cargo es un aspecto sobre el cual un entrenador nunca debe perder la perspectiva.
Cabe por tanto decir que es primordial conocer la diferencia entre el entrenador de base, que es quien a través del deporte ayuda a formar la personalidad de los niños o adolescentes, y el entrenador de adultos, que se centra más en conseguir resultados a nivel personal o de competición. No obstante, sea cual sea la categoría que entrenemos, debemos señalar la gran importancia del entrenador y su formación para poder llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje de la manera más óptima.
Muchos y muy diferentes son los múltiples entrenadores de base que interactuarán y pasarán por la vida de un deportista. Dichos entrenadores han de tener en cuenta que cuando es un adulto a quien se reprende o castiga, estamos ante un receptor con una personalidad ya desarrollada y con la capacidad suficiente para filtrar y evaluar lo que se recibe. Sin embargo, los niños carecen de estos filtros cognitivos, ellos simplemente son como esponjas que interiorizan y acatan las enseñanzas de sus educadores. Por esto, aunque cada entrenador sea distinto todos deben de compartir una misma idea que es la de nunca realizar comentarios o actuaciones de carácter formativo sin haberla analizado y sopesado adecuadamente con anterioridad.
RASTRO EDUCATIVO
Todos hemos vivido este proceso de evolución al que nos estamos refiriendo y hemos sido pupilos de múltiples entrenadores a los que fácilmente asociamos con determinadas frases puntuales o acciones, este es el rastro educativo que ellos han dejado en nosotros.
Por ello, y siendo conscientes de este impacto que podemos tener en la futura percepción de la vida por parte de nuestros jugadores, posiblemente, a partir de ahora debemos tratar que estos nos identifiquen en su vida futura con determinados momentos puntuales en los que se encuentren valores como el juego limpio, el respeto, el éxito conseguido con el esfuerzo o el afán de superación. Si conseguimos que esto sea así, será como consecuencia directa de que contamos con las características y habilidades que se suponen identificativas de los grandes entrenadores deportivos.