El fútbol moderno se caracteriza por dos aspectos fundamentales: las transiciones y la intensidad. Si bien las primeras han existido prácticamente desde que se creó el fútbol, nunca habían sido tan determinantes a la hora de planificar los partidos. Los entrenadores de hoy en día, le dan una vital importancia a trabajarlas durante los entrenamientos para poder sacarle provecho en los partidos, y cuando hablamos de transiciones nos estamos refiriendo tanto a nivel ofensivo como también defensivo. Y un aspecto que trabaja en sintonía con estas transiciones es la intensidad. Hoy en día sin intensidad en el fútbol no se puede jugar en el nivel de elite. Todos los equipos que dominan el mundo del fútbol, tanto en Europa como en Sudamérica, lo saben.
Según Alberto Egea, escritor de la revista Martí Perarnau, la intensidad “es responder de la mejor manera posible en el menor tiempo posible a un problema del juego que se ha previsto y entrenado antes”. Pero a su vez, esa intensidad no existe sin un nivel máximo de concentración en todos los jugadores del equipo.
Cuando se logra asociar intensidad en el fútbol con concentración estaremos bien encaminados a conseguir un equipo que pueda competir en cualquier nivel, pero se deben tener los recaudos necesarios para que esa exigencia no cause estragos tanto a nivel físico como a nivel mental. Porque en caso de producirse un exceso pueden producirse lesiones, pero también un agotamiento mental que limite al futbolista para seguir compitiendo.
Intensidad táctica
Pero además podemos hablar de la intensidad táctica. Definida básicamente como la forma de medir y prevenir la fatiga a nivel mental que producen todo tipo de tareas que plantea tanto el entrenador como el preparador físico durante los entrenamientos. Esto tiene que ver con el nivel de agotamiento tanto físico como mental. Producido a causa de las exigencias que se arrastran durante toda la temporada. Y que, llegado un punto de la misma, pueden terminar por dejar a los jugadores sin una gota de energía.
Teniendo en cuenta esta intensidad en el fútbol se intenta realizar una buena distribución de las cargas durante toda la semana de trabajo, respetando ciclos de recuperación y de descanso que requieren todos los integrantes del plantel. Esto tiene su reflejo inmediato en la última temporada que se está viviendo en el fútbol europeo. Donde a causa de la pandemia y el encierro que significó el comienzo de la misma, después debieron recuperarse muchos partidos en un corto lapso de tiempo. Y el propio jugador del Manchester City Kevin De Bruyne explicó la situación relacionada con este agotamiento del que hablábamos:
“Llevo dos años jugando sin descanso. Pero nadie escucha a los jugadores. A veces me preocupo, especialmente cuando miro mi situación personal. He tenido ocho, nueve días libres este verano. No pude irme de vacaciones porque mi esposa estaba embarazada en ese momento, así que básicamente no he tenido vacaciones y si la temporada continúa, significa que habré jugado durante dos años sin descanso. Todo esto tiene un precio, especialmente a nivel mental».
Unos días después el jugador belga sufría un desgarro durante un partido, nada es casualidad, sobre todo al hablar de intensidad en el fútbol.
Cómo trabajar la intensidad en el fútbol
Vale la pena mencionar que hay dos tipos de intensidades. Una se determina a nivel fisiológico, por ejemplo si se corre una determinada distancia a máxima velocidad en un tiempo determinado estaremos poniendo a prueba ese tipo de intensidad pero para nada estaremos trabajando la intensidad de concentración.
En cambio, si la tarea fuera un fútbol reducido de 3 vs 3 donde hay un máximo de pases para llegar al gol y además hay reglas determinadas a nivel táctico para que ese gol sea convalidado, entonces además de requerir una intensidad fisiológica se estará requiriendo una concentración muy importante y con ella una intensidad a nivel mental.
Entonces, el trabajo táctico-técnico debería ser la guía en los procesos de entrenamientos para de esa forma lograr darle una intención muy clara al ejercicio. Y mientras estemos trabajando la parte física también nos estaremos viendo obligados a mantener activo mentalmente al jugador. Esta es la misma intencionalidad que pretendemos que se reproduzca en la competición para así conseguir intensidad en el fútbol de nuestro equipo.