Por todos es sabido que el deporte de elite requiere la máxima exigencia tanto a nivel físico como mental. Porque como ya dijo el propio entrenador del Liverpool, Jürgen Klopp: “En la actualidad todos los equipos están en un nivel muy similar en el entrenamiento físico. Y creemos que ahora debemos trabajar aún más a nivel mental para marcar la diferencia”. En este artículo hablaremos sobre la recuperación mental en el fútbol.
Introducción a la recuperación mental en el fútbol
Esta exigencia a la que se someten los futbolistas conduce a una alteración fisiológica que también produce un estrés psicológico. Basado en la necesidad de mantener constantemente (y casi sin pausa durante la temporada) altos niveles de concentración.
Esto se debe a que trabajar en tareas que requieren una acción cognitiva tan constante como exigente (como las que se presentan dentro de un partido) genera lo que se conoce como fatiga a nivel mental. Y esto irremediablemente llega a afectar al rendimiento.
Pero es que el único estrés al que se someten los futbolistas no se presenta solo dentro del terreno de juego. Sino que los entrenamientos, los análisis del rival, la presión mediática y hasta los viajes para disputar los partidos forman parte de ese desgaste que se ve tan expuesto a la hora de tomar las decisiones dentro del terreno de juego.
La pandemia y el Manchester City
Si queremos llegar al extremo de lo que resultó una temporada desgastante a nivel mental, ese ejemplo pudo observarse perfectamente en la última temporada. Donde los calendarios apretados (por culpa de la pandemia) hicieron que algunos equipos como el Manchester City debieran jugar cada 3 días durante más de dos meses.
Ante esa situación es imposible conseguir la tan preciada recuperación mental en el2 fútbol. Y así lo exponía su entrenador Pep Guardiola: “Ha sido demasiado. El cansancio mental de los jugadores es enorme, no debería ser complicado de entender”.
Pero hasta el propio Kevin De Bruyne, figura del equipo de Pep, explicó su situación: “Si sigo hasta el final de la temporada, estaría jugando durante dos años sin pausa. El cuerpo te pide descanso a gritos, pero nadie quiere escuchar al jugador.”
A lo largo de las últimas dos temporadas, el equipo inglés ha disputado 120 partidos teniendo en cuenta todas las competiciones. Lo cual resulta el número más alto por parte de un club en toda la historia de la primera división de Inglaterra. Sumado a esa exigencia de competición, no debemos olvidar que el contexto involucraba una pandemia mundial que no dejaba de preocupar a los jugadores (como a cualquier ser humano normal) tanto por su cuidado como por el de sus seres queridos.
Los problemas de salud mental en el fútbol
Al hablar de la importancia de la recuperación mental en el fútbol no solo suele hacerse referencia a las diferentes opiniones que rodean a este ámbito, sino que además hay muchísimos estudios que demuestran esta necesidad.
Por ejemplo, en el año 2015, una investigación realizada por FIFPRO, una organización internacional de futbolistas formada por 40 asociaciones nacionales y cuya principal misión es defender los derechos e intereses de los futbolistas profesionales, constató que el 43% de los futbolistas en Noruega informó de haber sufrido síntomas de ansiedad o depresión, mientras que el 74% mostró trastornos de alimentación.
Por otro lado, en España, el 33% de los futbolistas manifestó síntomas de problemas para dormir por las noches. Mientras que en Finlandia, Francia y Suecia, presentaban una enorme relación entre sus carreras y diferentes estados de angustia, ansiedad, depresión, abuso del alcohol y trastornos alimenticios.
¿Qué hacer ante esta situación y la recuperación mental en el fútbol?
Para colaborar con la recuperación mental en el fútbol, resulta fundamental que la FIFA deje de cargar los calendarios con partidos tan ajustados. Por ejemplo, las fechas FIFA son fundamentales para que las selecciones nacionales consigan la clasificación a la Copa del Mundo. Pero resulta increíble que se disputen 3 partidos en una semana y que luego el futbolista deba coger un vuelo de 13 o 15 horas desde Sudamérica para volver a competir con su club. Que al fin y al cabo es quien paga su salario.
Fuera de esta posibilidad de cambio que escapa tanto del poder de los clubes como de los deportistas, algunas recomendaciones que podrían manejar los propios clubes para evitar o reducir esta fatiga mental en sus jugadores es evitar (o directamente eliminar) la exposición ante los medios de comunicación durante las vacaciones. O incluso durante una semana de pretemporada. Si hacemos énfasis en las vacaciones, la propuesta debería pasar por realizar ejercicios y mantenerse en forma. Pero de manera muy alejada del fútbol. Para que la desconexión sea total y la mente vuelva al trabajo totalmente despejada.
Con respecto a la temporada, resulta un poco más complicado. Pero romper con la rutina de trabajo a través de tareas o actividades que aporten variabilidad y evitar la excesiva repetición de tareas puede resultar más que interesante.