Si observamos un primer contacto con las siglas LGTB en el fútbol profesional, comenzar por comprender a que refieren esas 4 letras sería un buen inicio de cara a comprometernos con una sociedad mucho más tolerante y empática. LGBT o LGTB es la sigla compuesta por las iniciales de las palabras Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transgénero.
Por eso, el movimiento con las mismas siglas agrupa a todas las personas con orientaciones sexuales e identidades de género relativas a esas cuatro palabras.
El mundo del deporte, y el fútbol en particular, no escapa a esa falta de tolerancia y esa falta de respeto constante hacia (principalmente) estas cuatro identidades de género, que son observadas desde siempre de reojo.
A pesar de los avances en materia de derechos para esta comunidad, el fútbol masculino continúa siendo un lugar donde la homosexualidad es un tema tabú, y a día de hoy son muy pocos los jugadores de las principales ligas del mundo que se han declarado abiertamente homosexuales. Hoy hablamos de LGTB en el fútbol profesional.
Un juego de hombres
Una de las frases más inentendibles en cuánto al deporte en general y más específicamente al fútbol es que se trata de un juego de hombres. Como si pasar el balón con la calidad de Andrés Iniesta o de Xabi Alonso se tratara de una cuestión de hombría y no de trabajo, preparación y mentalidad de elite.
Por suerte, día a día se observan sanciones más ejemplares en cuanto a este tipo de comentarios. Pero más importante aún, la condena social que reciben quienes realizan declaraciones de este tipo suele ser cada vez mayor. Y es que el movimiento LGTB en el fútbol profesional seguirá su camino y su desarrollo, no importa quienes se opongan o intenten agredir por el simple hecho de dañar.
La carta de un futbolista inglés
Uno de los eventos más importantes y que involucra al LGTB en el fútbol profesional sucedió el viernes 10 de julio del 2020, cuando un futbolista de la Premier League publicó una carta anónima en varios medios de su país. En la carta expresaba el calvario que vive día a día dentro de su equipo por no poder expresar su condición como algo natural, mientras que el anonimato de la misma (según el mismo explica) fue por el temor a las represalias que podría sufrir: “Soy gay. Hasta escribirlo en esta carta es un gran paso para mí. Pero solo mi familia y un reducido grupo de amigos saben de mi sexualidad”.
Y continuaba: “Desde que tenía 19 años sé que soy gay, ¿Cómo se siente vivir así? En el día a día puede ser una pesadilla absoluta y está afectando a mi salud mental cada vez más. Me siento atrapado y mi miedo es que revelar la verdad sobre lo que soy solo haga que las cosas sean peor”.
Por último, la forma en la que cierra su carta es simplemente desgarradora, y anticipa que se retirará joven para poder hablar de su condición con libertad: “Puede ser que tire a la basura varios años de una carrera lucrativa, pero no puedes ponerle un precio a la paz mental y yo no quiero vivir así para siempre”.
El revuelo generado por Antoine Griezmann
Para ser sinceros, el que generó el revuelo no fue el delantero francés que hoy en día pertenece al FC Barcelona, sino que más bien los que generaron el revuelo fueron los medios y la sociedad futbolera en general.
Transcurría el año 2017 cuando el jugador, por entonces del Atlético Madrid, expresó: “Los futbolistas no salen del armario porque tienen miedo”, lo que generó comentarios de todo tipo no solo en el mundo del fútbol, sino también del deporte en general.
En el siguiente artículo Homosexualidad en el deporte, repasamos puntualmente los miedos a los que se refería Antoine Griezmann, pero a grandes rasgos podemos destacar a los tres principales: Miedo a los insultos en el campo de juego (tanto de rivales como del público), miedo al rechazo de los propios compañeros y miedo a alejar a otros clubes. Este último más enfocado desde el punto de vista profesional y las posibilidades de ser transferido para crecer en su carrera.
Conclusión sobre el movimiento LGTB en el fútbol profesional
Es evidente que el movimiento LGTB en el fútbol profesional existió, existe y existirá por siempre. Lo que no es tan claro es que rumbo tomarán tanto las ligas como, en consecuencia, los protagonistas. Y son estos últimos quienes sufren las consecuencias de la inacción de las instituciones.
No es suficiente con las luchas internas que cada uno debe pelear consigo mismo, sino que se ven expuestos a un agobio constante con respecto a su relación con fanáticos, rivales e incluso sus propios compañeros.