Uno de los aspectos más importantes en el trabajo de los porteros es la velocidad de reacción y, junto con esta resulta fundamental la velocidad de desplazamiento para achicar los espacios de remate del adversario. Hoy veremos como trabajar la velocidad de reacción en porteros.
Los mejores porteros del mundo no solo se caracterizan por sus paradas espectaculares, que las tienen, sino que además muchas veces realizan un trabajo que apenas se aprecia ante las cámaras, como incomodar al rival perfilándolo para su pierna menos hábil, cediéndoles a propósito un palo para forzar un remate o incluso dando órdenes constantemente a sus defensas para que estén bien colocados durante el partido.
Pero si bien todo este tipo de cuestiones son fundamentales, la velocidad de reacción en porteros es probablemente el aspecto más importante. Y es por eso por lo que los entrenadores trabajan tanto en desarrollar esta habilidad.
¿Qué es la velocidad de reacción en porteros?
La velocidad de reacción se puede definir como la capacidad de ofrecer una respuesta ante un estímulo lo más rápido posible. En este caso, y aplicado especialmente a los porteros, estamos hablando de la reacción ante el remate de un adversario.
Incluso podemos definir a esta velocidad de reacción como simple o compleja. La simple hace referencia a cuando un portero no tiene ninguna duda y sabe con anticipación lo que sucederá. Entonces la respuesta sucede de forma automática. La compleja, en cambio, presenta un alto grado de incertidumbre. Ya que los diferentes escenarios que pueden presentarse en un partido son muy variados.
Por último, la velocidad gestual consiste en la contracción de los músculos a la mayor velocidad posible para generar el movimiento de alguna extremidad física. Está relacionado directamente con la fuerza y la resistencia que necesita un portero para realizar un movimiento específico.
Algunos ejercicios para trabajar la velocidad de reacción en porteros
A continuación, describiremos algunas ideas para que los entrenadores trabajen y puedan mejorar la velocidad de reacción en porteros.
Ejercicio 1
El portero debe sentarse en un balón de Fitball apoyando los pies en el suelo y formando un ángulo de 90 grados con las rodillas. El entrenador, ubicado detrás del mismo, se encarga de lanzar pelotas de tenis por encima de la cabeza del portero para que cuando este vea caer la pelota de tenis por delante de su cara reaccione dando un manotazo y desviándola.
Ejercicio 2
Sentado en el mismo balón de Fitball (y en la misma posición), un compañero que se sitúa por delante deberá lanzar un disparo frontal para realizar una parada. Cuando el portero va al suelo para detener el remate, otro compañero colocado junto a quien lanzó el tiro deberá recibir un saque rápido, con la mano, del portero. En ese momento el entrenador, ayudado por una raqueta, realiza un golpeo de una pelota de tenis a media altura, para que realice una intervención de desvío con caída lateral. Esto obliga al portero a ser rápido de reflejos para detener la primera pelota, sacar rápido ‘un contraataque’ y luego volver a reaccionar con la pelota de tenis a alta velocidad.
Velocidad de reacción para posicionarse
Uno de los errores comunes que suelen cometer los porteros en la competición ocurre en las segundas acciones. Donde después de una primera parada y tras un rebote, deben corregir la posición y desplazarse sin apartar la vista del balón. Esto, en la mayoría de ocasiones, genera que una pérdida total de ubicación. Cuando el objetivo es achicar el ángulo de tiro al rival en muy poco tiempo.
Cuando esa segunda jugada desemboca en una situación de tiro lateral o con poco ángulo, si el portero vuelve a tomar únicamente balón como referencia, seguramente perderá la ubicación en portería al ubicarse muy cerca del primer palo, y dejando en total descuido el segundo.
En este sentido, y más allá de los entrenamientos para mejorar en la velocidad de reacción en porteros, también resultará muy importante tener claro el mensaje que se quiere transmitir para incidir sobre su decisión. Porque no se debe olvidar que tanto el posicionamiento como la colocación son conceptos abiertos y no rígidos. Por lo tanto no se puede trabajar con un manual que garantice la efectividad. Sin embargo, y a pesar de entender las situaciones del juego a nivel táctico para evitar rebotes que faciliten la resolución del rival, el trabajo de reacción para el correcto y rápido posicionamiento también resulta fundamental.