Dominar las transiciones en el terreno de juego es un aspecto fundamental para que el equipo tenga un buen rendimiento tanto en la faceta ofensiva como en la defensiva.
Para mejorar estas situaciones de juego proponemos este ejercicio en el que los jugadores pueden entrenar cómo comportarse en las transiciones para aplicarlas en situaciones reales.
Ejercicio para las transiciones
El ejercicio consiste en dividir el espacio en tres zonas en las que se distribuyen los jugadores: una zona de balón con seis atacantes y tres defensores, tres defensores en la zona central y un equipo que espera recibir el balón en el lado contrario. La acción empieza con el balón en uno de los tercios y el equipo poseedor del balón debe realizar un número de pases mínimo pautados para poder cambiar el balón al otro lado.
Con esto, los jugadores interiorizan acumular rivales en un lado para cambiar el juego a la zona liberada. Si el equipo que defiende la roba, tiene que cambiarla a la otra zona apoyándose y jugando de cara con los jugadores de la zona central, para recrear la supuesta presión que ejercería el equipo rival. Una vez que el balón llega al otro lado, se invierten los papeles y se vuelve a repetir el ejercicio.
Para maximizar los beneficios del ejercicio, conviene que en las posesiones los jugadores se coloquen dependiendo de sus roles en el terreno de juego, es decir, el delantero en la zona de ataque o los jugadores de banda en los costados para recrear una situación real y que la transición defensiva con presión tras pérdida o el repliegue se produzca de la misma forma que se daría en el partido.
Con este ejercicio, los jugadores podrán desarrollar automatismos para implementar en los partidos, perfeccionar esta fase fundamental del juego y mejorar el rendimiento colectivo del equipo en situaciones reales.